FRESH FOAM BEACON

PROS

1. Ligereza extrema para un producto tan amortiguado.

2. Suave amortiguación que mantiene un toque de sensibilidad del terreno.

3. Upper comodísimo de tejido.

4. Equilibrio muy bien pensado entre amortiguación y dinámica de carrera


CONTRAS

1. Poca versatilidad por tener una suela de vocación asfaltera y por un upper desprotegido.

2. La exposición de la espuma al contacto con el suelo y un upper ciertamente desprotegido limitan hasta cierto punto su durabilidad.

Ligerísimas, superamortiguadas, comodísimas y que proponen una buena performance en carrera, las zapatillas New Balance Fresh Foam Beacon son un producto al que nos ha costado muchísimo encontrarle defectos. Proponen una amortiguación mullida pero no exenta de reactividad, un upper verdaderamente cómodo todo de una pieza y elaborado con un suave tejido, una forma que facilita una buena transición, con su drop de 6 mm y acentuado rocker, y una suela que aparentemente no existe…

Son unas zapatillas ideales para todo tipo de entrenos y para competiciones de más bien larga distancia, aunque cuesta encontrar razones de peso para desaconsejarlas para alguna carrera. Sus límites vamos a encontrarlos en una versatilidad reducida (no son mixtas: ni el upper ni la suela contemplan discurrir por terrenos exigentes alejados del asfalto) y en la durabilidad de los materiales, pese a que no es un problema distinto al que se plantean la mayoría de zapatillas. Quizás se hubiera podido aumentar su polivalencia con el diseño de un taqueado menos uniforme, ya que se echa de menos algún taco de agarre más solvente en la puntera. Pero es un producto que nos ha encantado y que verdaderamente hemos disfrutado probándolo.

Dentro del mar de posibilidades que propone una marca tan relevante para el mundo atlético com New Balance, las zapatillas Fresh Foam Beacon representan la última avanzadilla de un tipo de modelos muy moderno y poco convencional que apuestan por la comodidad y una amortiguación contundente pero sin olvidarse de la agresividad. El upper resulta increíblemente cómodo y está totalmente exento de protecciones añadidas, si exceptuamos un poco perceptible cambio en la rigidez del tejido que lo conforma en la zona posterior para ofrecer cierta estabilidad. La fresh foam con la que se configura la generosa entresuela y la suela incide en esta comodidad y propone un correr completamente despreocupado de las rugosidades del terreno y de su dureza. Pero esta comodidad y generosa amortiguación no están en absoluto reñidas con un correr rápido y performativo: la forma de la zapatilla permite unas transiciones vigorosas y el grosor de la media suela no ahoga del todo la reactividad del producto. No son en absoluto unos colchones maximalistas que te abstraen de la realidad sino un producto que equilibra todas estas cualidades de modo muy feliz.

Por ello, las encontramos unas zapatillas ideales para todo tipo de corredor. Aquéllos que deseen correr a ritmos rápidos y que busquen una zapatilla voladora podrán utilizar las zapatillas New Balance Fresh Foam Beacon como un buen aliado de entrenamientos largos, pero la inmensa mayoría de corredores las encontrarán perfectas incluso para competición.



 

Una visualización rápida de las zapatillas New Balance Fresh Foam Beacon nos harán pensar en ritmos lentos o propios de carreras largas, pero ello no se corresponde con la realidad. Son unas zapatillas tan increíblemente ligeras (apenas 200 gramos) y tan dinámicas que permiten correr a ritmos exigentes con excelente resultado. La radical supresión de la suela propuesta por New Balance, que hace apoyar directamente el foam de la media suela sobre el terreno reforzándola tan solo en los cinco puntos concretos en los que considera que se concentra la abrasión, la convierten en una zapatilla muy ligera. Y la supresión total de refuerzos del upper juega en la misma dirección. Por otra parte, el alto rocker tanto delantero como trasero (unido a un drop de 6 mm) permite una transición entre la recepción y el despegue muy fluída, proporcionando una manera de correr muy fácil.

Es obvio que corredores que exijan una performance cuasiprofesional a sus zapatillas de competición las encontrarán demasiado altas y amortiguadas para su correr explosivo, pero después de probarlas en todo tipo de ritmos nos cuesta pensar en razones para desechar un producto tan solvente como este a la hora de proponer el equilibrio entre su presunto maximalismo y una dinámica agresiva y ligera. En este sentido, se trata de unas zapatillas muy versátiles, pese a una orientación más proclive a ritmos más bien lentos.

 

Las zapatillas New Balance Fresh Foam Beacon presentan un perfil aparentemente idóneo para distancias largas. Su amortiguación y comodidad nos harán pensar en un producto ideal para maratones o para salidas largas. O, incluso, podemos pensar en salidas de recuperación después de competiciones exigentes, habida cuenta de su comodidad. Su horma es además relativamente ancha, de acuerdo con la forma tradicional de New Balance, por lo que este argumento viene reforzado. Pero la misma versatilidad que hemos apuntado en relación a los ritmos de carrera es aquí pertinente: su performance en una competición más corta será igualmente interesante gracias a que el producto no olvida la reactividad ni la dinámica de carrera.

La durabilidad de las zapatillas New Balance Fresh Foam Beacon son un punto crucial al analizar la arriesgada propuesta de la marca: se consigue una ligereza extrema gracias a la supresión literal de la suela y a la eliminación de todo tipo de protecciones en el upper, y todo ello parece que debería repercutir negativamente en la durabilidad del producto.


Después de dos meses de uso intensivo de las zapatillas (y de unos 600 kms aproximadamente) se apuntan ciertas tendencias en este sentido:

- Observamos un ligero deshilachado en el tejido del upper justo en la zona de flexión que parece que nos confirma un rendimiento limitado en este apartado, pese a que en ningún caso ha afectado a la funcionalidad de la zapatilla.

- La suela ha aguantado sorprendentemente bien el trote que le hemos dado. Apreciamos alguna mínima rugosidad adquirida en algunos de los tacos, pero ello es imperceptible en carrera y no ha disminuido en absoluto sus cualidades performativas. Pensamos que la minimalista elección de zonas de mayor contacto (que son las únicas que aparecen reforzadas con un material más duro) es en este sentido un acierto.